LA HORA DEL PLANETA
Para ahorrar energía, ahórrate las
uvas
Hace seis años arrancó la Hora del
Planeta, una iniciativa con la que la ONG WWF pretende concienciar del uso más
eficiente de los recursos y frenar el cambio climático
DANIEL DE LA FUENTE 01-04-2012
Seis años después del comienzo de esta iniciativa
nos hemos preguntado: ¿es realmente útil o solo visualmente atractiva? Nos
responde el CSIC, que nos da otros consejos curiosos para ahorrar energía.
Monumentos
emblemáticos para el turismo mundial, como la Gran Muralla china o el Partenón
de Atenas, han quedado este sábado a oscuras durante una hora para sumarse a la Hora del Planeta. Casi 150
países, entre ellos España, que ha apagado el interruptor del Palacio Real de
Aranjuez, la Sagrada Familia de Barcelona, el teatro Arriaga de Bilbao o la
Alhambra en Granada.
¿Cuánto
ahorramos apagando la luz una hora? Según Red Eléctrica de España, la demanda
de energía eléctrica a las 20:30 horas de esta pasada tarde, momento de arranque
de "La Hora del Planeta", ha sido de 26.902 megavatios, lo que ha
supuesto un descenso de 3.982 megavatios, si se compara con los 30.884
registrados el pasado sábado, a la misma hora. "Lo importante no es
centrarse en cuánto ahorramos apagando la luz una hora - nos explica Pedro Gómez Romero, profesor de investigación
y divulgador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
- sino hasta qué punto es útil por lo intangible. Y lo intangible es el grado
de concienciación en los ciudadanos de la necesidad de ahorrar energía".
Gómez Romero cree que la concienciación aumenta con los años (cada vez más
países se suman a la Hora del Planeta), pero "hay que terminar de cambiar
nuestro modelo energético, hacia uno más sostenible". Y lamenta la paralización de las ayudas a las renovables con el Gobierno del PP. "No era demasiada ayuda la que daba el
anterior Ejecutivo, aunque quizás sí estaba mal canalizada. Con las renovables
no se arregla todo, pero su importancia tiene que ir creciendo hasta que sean
competitivas", demanda Gómez Romero, "y por una cuestión - añade -
que se nos olvida con frecuencia, y es que las renovables no tienen los costes
no internalizados que sí tienen las energías convencionales". Y este
investigador nos explica esos costes: "quemar petróleo es lo más barato
que hay, pero en el coste de explotación no entran costes como la contaminación
que produce. En nuestro precio de la
gasolina, aunque hayan marcado nuevo récord esta semana, no estamos pagando los costes reales de su contaminación o de las guerras del petróleo que provocan.
Otras formas de ahorro
Además de
apagar la luz, como se ha hecho en todo el mundo esta pasada noche; o de
utilizar el transporte público, cerrar el grifo mientras nos lavamos los
dientes y un largo etcétera, hay otras medidas que seguro muchos desconocen y
Pedro Gómez Romero ha querido destacar. Una de ellas, no comer uvas fuera de temporada. "Cuando era niño - nos
cuenta su historia - comíamos uva en septiembre y octubre. En otoño, cuando era
la temporada de la uva. Ahora los mercados nos invitan a comer uva todos los
meses del año. Se come uva en marzo. ¿Por qué? Porque al otro lado del planeta,
en mi querido Chile, es otoño cuando aquí es primavera. Se recoge la uva y, sin
cargo de conciencia alguno, con un pequeño coste en transporte, pero sí con
tremendo coste medioambiental, se envía
por avión, porque creemos que la energía es barata". Y no, la energía
ya ha dejado de ser barata. Al hilo, pone otro ejemplo: "El Reino Unido
exporta papel sucio a China, China lo recicla y lo envía de vuelta a Reino
Unido como papel reciclado. Se hace así porque la energía de enviar el papel y
traerlo de vuelta creemos que es barata, y ya no lo es, y porque las
regulaciones medioambientales en China son más laxas. Y esto se tiene que
acabar", sentencia.
Monumentos demasiado iluminados
Terminamos
la entrevista con un llamamiento a Ayuntamientos y corporaciones locales, que
se han sumado este sábado a la Hora del Planeta apagando la iluminación de los
monumentos más emblemáticos. Pero, muchos de ellos, como el Palacio Real en
Madrid, mantienen los 365 días del año
una iluminación excesiva. "Igual que se le pide al ciudadano que
cambie la iluminación por bombillas de bajo consumo, sería importante que
nuestros responsables políticos a todos los niveles reconocieran que conviene
ir gastando menos en iluminación, como hacen en navidades, y no solo por la
crisis". Hay esperanza en tanto en cuanto queramos un futuro mejor para
nuestros hijos.
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